EL DECENIO DE JOSÉ JOAQUÍN PÉREZ M. (1861-1891):
Sin duda que desde el decenio de Montt, la aristocracia compartía el poder con un nuevo grupo social, la BURGUESIA , que en los 30 años siguientes continuó afianzando su riqueza y poder político. La misma naturaleza de sus negocios, en especial el contacto con Europa, hizo penetrar en Chile ideas de corte liberal que en el ejercicio práctico de la política fortalecieron el poder del Congreso y la organización de los partidos. Fue, pues, cada vez más difícil para los presidentes contar con mayorías parlamentarias, viéndose en la obligación de recurrir al sistema de alianzas políticas.
Pérez gobernó con la FUSION LIBERAL CONSERVADORA, que se había formado a fines del gobierno anterior, lo que contribuyó a darle a su administración una línea moderada.
La oposición quedó integrada por los NACIONALES, que hasta el año 1864, fueron mayoría parlamentaria; los RADICALES o LIBERALES ROJOS, fracción escindida del Partido Liberal, ahora en el gobierno; y GRUPOS DE LIBERALES, sin filiación a partidos.
En 1862, los RADICALES abandonaron el gobierno, debido a que no aceptaban la fusión con los conservadores. Sus líderes fueron MANUEL ANTONIO MATTA y PEDRO LEON GALLO. Las aspiraciones del nuevo partido se concentraban en cuatro principios:
1°. Reforma de la Constitución.
2°. Enseñanza laica.
3°. Descentralización administrativa.
4°. Libertad electoral.
La actividad política cobró cada vez mayor fuerza, y mientras la oposición se organizaba al interior de la Fusión se daba una tenue lucha entre Liberales y Conservadores por el acceso a cargos de influencia; lucha que se agravaría al extremo de llegar a romper esta alianza política en 1873. En el ambiente de la época, de una mayor acentuación de las ideas liberales y laicas, por lo tanto, se consiguió la dictaminó de una LEY INTERPRETATIVA del Artículo 5° de la CONSTITUCION DE 1833, y que en la práctica establecía la LIBERTAD DE CULTOS. Promulgaba el 27 de julio de 1865, su texto señalaba:
Articulo 1°: Se declara que por el artículo 5° de la constitución, se permite a los que no profesen la religión católica, apostólica, romana, el culto que practiquen dentro de edificios de propiedad particular.
Artículo 2°: Es permitido a los disidentes fundar y sostener escuelas privadas para la enseñanza de sus propios hijos en la doctrina de sus religiones.
Una creciente actividad política dio tono muy característico a los últimos años del decenio de Pérez. Sobre todo, una intensa crítica originada en los sectores radicales, nacionales y liberales opositores al gobierno, a quien acusaban de favorecer una política conservadora. Era evidente que se vivía una época de transición entre las ya viejas formas y estilos de los pelucones con las impulsadas por los liberales. Dentro de éstas se destacó la sustentada por los CLUBS DE LA REFORMA , que surgieron en diferentes ciudades de Chile en 1868 y extendieron su acción política hasta 1871, sostenidos por el Partido Radical, la juventud nacional y grupos liberales.
La influencia de los clubes en la vida política chilena fue decisiva. Fueron los eficaces vehículos de propagación de las ideas liberales. Su programa fue el punto de partida a todas las reformas político-constitucionales del último cuarto del siglo XIX. Siendo además una escuela cívica que introduce diversas prácticas democráticas como convenciones, reuniones, conferencias, etc., a más de organizar una oposición seria y fiscalizadora.
En este ambiente de intensa promoción política, el año 1871 fue promulgada la PRIMERA REFORMA CONSTITUCIONAL que prohibió la reelección presidencial para el período inmediato.
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Elegido como representante de la Fusión , le tocó enfrentar la ruptura de la misma, e iniciar una serie de conflictos con la Iglesia Católica , los que continuaron durante los gobiernos de Pinto y Santa María. También bajo su administración fueron aprobadas varias reformas constitucionales. La combinación política que llevó a Federico Errázuriz a la presidencia estaba compuesta por elementos ideológicamente antagónicos: conservadores católicos, de un lado, y liberales laicos, del otro. Pero unidos en señal de protesta al autoritarismo de Montt. No es raro, entonces, que con el tiempo tal unidad comenzara a resquebrajarse.
En aquellos años, muchas de las instituciones públicas estaban dominadas por la Iglesia Católica , creándose en esa forma una situación dolorosa y difícil para los disidentes (no católicos). Entre los partidos de la Fusión había diferencias en el papel de la Iglesia en la vida pública y en los asuntos educacionales. La discusión de estos problemas recibió el nombre de CUESTIONES TEOLOGICAS. Tal problemática desembocó en la agudización del conflicto en el seno del gobierno entre conservadores y liberales, aproximando estos últimos hacia la oposición. En el transcurso del gobierno de Errázuriz, fue cada vez más claro el propósito de romper la Fusión y organizar un cuadro político con abierto predominio de ideas liberales. En las elecciones parlamentarias de 1873, el gobierno intervino de tal manera que los conservadores salieron notablemente perjudicados en la obtención de senaturías y diputaciones. En verdad, ello era expresión de un conflicto mucho más intenso que buscaba su expulsión del gobierno y de tensiones de data no tan reciente. 1873 marcó la ruptura de la Fusión.
GOBIERNO DE ANIBAL PINTO G. (1876-1881):
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No obstante, hay dos hechos que vale la pena mencionar, ambos acaecidos en 1878:
* La GRAN CONVENCION , organizada por los conservadores y donde por primera vez elaboraron un programa escrito, en el que preconizaron:
1° Libertad electoral.
2° Descentralización administrativa.
3° Libertad de la Iglesia y Supresión del Patronato.
4° En materia educacional defendieron la idea de pagar por la enseñanza que se recibiera si era secundaria o universitaria; la supresión de los internados en los colegios fiscales y la más absoluta libertad de enseñanza.
El 8 de junio falleció en Santiago el Arzobispo Rafael Valentín Valdivieso. Según las disposiciones del Patronato, correspondía al gobierno ejercer el Derecho de Presentación. Aprovechando la oportunidad única de colocar a la cabeza de la Iglesia chilena un sacerdote tolerante y menos polémico con las reformas laicas, propuso a Francisco de Paula Taforó. Lamentablemente esta candidatura contó con la más cerrada oposición del clero santiaguino, quien gestionó ante Roma su rechazo. Las consecuencias fueron gravísimas para la relación Estado-Iglesia.
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Le correspondió dirigir las etapas finales de la Guerra del Pacifico y enfrentar la agudización del conflicto con la Iglesia.
La administración de Santa María insistió ante el Papa León XIII en el sentido de favorecer la candidatura de Taforó; pero el rechazo que suscitaba en el clero nacional tal propuesta, motivó al pontífice a enviar a Chile al sacerdote Celestino del Frate, quien en calidad de Delegado Apostólico debía informar al Papa sobre le situación de las relaciones Iglesia Estado, para que éste pudiera resolver mejor.
La falta de prudencia del Delegado para relacionarse con el gobierno y su posición abiertamente favorable a los sectores ultramontanos, lo condujo a una franca ruptura con la administración de Santa María, quien le entregó sus pasaportes, obligándolo a abandonar el país y cortándose, de paso, las relaciones con la Santa Sede.
Luego del fracaso de 1a misión del Frate, Roma anunció el rechazo definitivo a la candidatura de Taforó. E1 gobierno en respuesta a la negativa, promovió un conjunto de proyectos de ley, destinados a quitar a la Iglesia toda intervención en la constitución del estado civil de 1as personas. Conocidas como LEYES LAICAS, ellas fueron:
1.- Ley de Cementerios Laicos (1883): Estableció que en todos los cementerios fiscales y municipales se garantizaría el libre entierro sin considerar el credo religioso ni las circunstancias de la muerte; terminando con la discriminación de 1871.
Frente a esta disposición, el Vicario capitular de Santiago declaró "execrados" todos estos cementerios, ordenó, además, cerrar sus capillas y prohibiendo a los sacerdotes acompañar a los cadáveres a sus sepulturas para rezarles los responsos correspondientes. Esta medida casi obligó a los católicos a sepultar sus deudos en cementerios parroquiales a lo que el Gobierno contestó prohibiendo dicha práctica, dictando la Ley de Registro Civil, cuyas disposiciones exigen que para sepultar un cadáver se debía presentar un certificado de defunción emitido por un Oficial del Registro Civil.
2.- Ley de Matrimonio Civil (1884): Con esta ley la Iglesia perdió la facultad para establecer la familia y esta función a partir de entonces pasó a ser desempeñada por el Estado.
3.-Ley de Registro Civil (1884): Fue un complemento necesario de las dos leyes anteriores. Se creó un Servicio de Registro Civil con funcionarios del Estado para constituir legalmente la familia; sus inscripciones fundamentales serían: nacimientos, matrimonios y defunciones. Este Registro Civil era independiente de los registros parroquiales.
También, con la en enero de 1882, fue promulgada la SEXTA ENMIENDA CONSTITUCIONAL SOBRE REFORMA DE LA CARTA DE 1833, modificación propuesta las reformas aprobadas y publicadas se someterían a la ratificación del Congreso, que seguía inmediatamente al que las había aprobado. Finalmente, las reformas se pueden estudiar y discutir en las Legislaturas extraordinarias, aunque el ejecutivo no las haya incluido en la convocatoria.
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El triunfo de Chile en la Guerra del Pacífico provocó transformaciones económicas, las que permitieron el desarrollo de nuevas clases sociales. Esto creó un clima propicio para una renovación e impulso hacia nuevas formas de progreso.
El presidente Balmaceda quiso ser el promotor de estos cambios, los cuales se orientarían, básicamente, hacia la creación de las condiciones necesarias para el crecimiento industrial. De acuerdo a esto se preocuparía en forma preferente de la energía, de los transportes y de la educación. Sin embargo el primer mandatario, celoso de sus prerrogativas presidenciales gobernó en el viejo estilo de sus antecesores, sin dar cabida a una real participación de las nuevas formas sociales. Intensificó la intervención electoral y quiso imponer su voluntad al parlamento, el cual, por una u otra razón se plegó a una oposición creciente, partidaria de formas parlamentarias y democráticas en lugar de gobiernos fuertes y oligárquicos.
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